La
vida, con sus imponderables,
nos envuelve como una gran Ola.
Nos hace sentir hasta en lo más profundo del ser,
su fuerza indómita, sus resoluciones implacables.
Ella, como gran maestra del ser,
nos plantea paso a paso, grandes desafíos.
A nosotros nos toca, aprender a deslizarnos
en perfecto equilibrio, sobre su espalda.
Una vez que logramos acariciarla,
siguiendo la sincronía de sus latidos,
comenzamos a danzar su música.
Solo dejando atrás
nuestros mas grandes miedos,
es cuando comenzamos a descubrir
sus secretos.
