El Temor & la Fe

El temor nos paraliza, nos cierra los ojos, tapa nuestros oídos.
Cuando se anida en nuestro espíritu, le cierra las puertas y ventanas a la Esperanza.
Es como una semilla de cizaña, que germina y crece, tapando el sol y oscureciéndolo todo.
Nos trae el frío y la angustia por todos los males que presagia.
Si no lo combatimos y lo echamos fuera, nos invade y domina, haciendo de nuestra vida una dura jornada, regada de lamentos y fantasmas.

El Temor es un enemigo muy astuto. Se vale de nuestras debilidades y querencias más íntimas para socavar nuestra tranquilidad. Es el gran terremoto que altera nuestros sentidos y nos atormenta, por que nos hace vivir como reales probables daños o perdidas futuras.

Por ello a mi Señor le imploro, que nos de la Fortaleza. Debemos juntar fuerzas espirituales, para enfrentarnos al Temor desde la aceptación de la realidad que nos toca vivir. De ese modo viene a nosotros la suave brisa de la Paz, trayéndonos la buena noticia de que en Dios todo lo podemos, nada nos daña y prevaleceremos a todos los males.

ORACION PARA SER LIBRE DE LOS TEMORES Y MIEDOS

"No tengas miedo, solamente ten fe" Marcos 5,36

"Jesús, Tú que animaste a los hombres y mujeres de todos los tiempos a no dejarse dominar por los temores y los miedos, hoy tengo que reconocer delante de Tí que hay momentos en que he sentido mucho miedo y turbación.
Momentos que han sido y que aún son desconcertantes y tormentosos.
Por eso hoy te digo:
Jesús, ven a mí en esos momentos en que tengo miedo.
Ven a mí con el poder protector del Padre.
Ven a mí cuando dudo, cuando me atormento por el sufrimiento y la incomprensión.
Ven a mí cuando los temores y los ruidos interiores me afectan y quedo bloqueado, sin fuerzas y sin saber que hacer.
Ven a mí en los momentos en que me sienta atormentado por la sensación de pérdida y por la tentación de pensar que no estás cerca.
Ven a mí cuando se enferma mi cuerpo, pero también si se enferma mi mente o mi espíritu.
Ven a mí para perdonarme por las veces que he pecado pensando que estabas lejos, que no me amabas o que no te interesaban mis sufrimientos y los de las personas que amo.
Ven a mí, pues yo sin Ti no tengo calma.
Ven a mí, porque sin Ti no encuentro paz en nada.
Ven Señor Jesús, ven pronto a mi vida. Así sea"

Esta oración fue extraída del Cuadernillo de Oraciones "A ti vengo, Señor 3" de la Comunidad de la Paz de la Parroquia San Roque, Ciudad de Buenos Aires.

Saber "Escuchar"

Siguiendo con las enseñanzas del Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, les comparto un párrafo para reflexionar.


"Escuchar es atender, querer entender, valorar, respetar, salvar la proposición ajena...


Hay que poner los medios para escuchar bien, para que todos puedan hablar, para que se tenga en cuenta lo que cada uno quiere decir.


Hay -en el escuchar- algo de martirial, algo de morir a uno mismo que recrea el gesto sagrado del Éxodo. Quítate las sandalias, anda con cuidado, no atropelles. Calla, es tierra sagrada, ¡hay alguien que tiene algo para decir!


¡Saber escuchar es una gracia muy grande! Es un don que hay pedir y ejercitarse en él."


La pregunta de hoy es: ¿Se escuchar al que me habla?. ¿Respeto su necesidad de comunicarse conmigo? ¿Reconozco el interior del otro como tierra santa en la que debo andar con cuidado y amor? ¿Soy capaz de dejar mis necesidades para darle tiempo y corazón al que me esta hablando? ¿Escucho a mi familia? ¿ Escucho a mis compañeros de trabajo? ¿Escucho a los descocidos que se acercan a mí?
Escuchar al otro es un deber humano y cristiano. No dejemos solos a nuestros hermanos, que no tenga que hablar solos sabiendo que nadie los quiere escuchar.

Les regalo una canción hermosa

Letra de la Canción:
Tu bandera

de Jesús Adrián ROMERO


Como en un país extraño
me encontré sin ti
no entendía el idioma
ni las cosas que viví
y corrí a buscar sin ver
tu rostro entre la gente

y aun sin conocerte
convencido estaba de encontrate a ti
de encontarte a ti

coro

y en medio de mi confusión se alzaba tu bandera
se enarbolaba como el sol diciéndome que fuera
y a ti te siguiera
y así me refugie en la cruz y en tu bendito amor

nunca imagine la vida que ahora vivo en ti
ni la gracia que me diste cuando a ti volví
mas ahora se que en ti yo tengo lo que anhelo
tengo vida plena tengo paz eterna
si te tengo a ti
si te tengo a ti

coro

y en medio de mi confusión se alzaba tu bandera
se enarbolaba como el sol diciéndome que fuera
y a ti te siguiera
y así me refugie en la cruz y en tu bendito amor

Pueden ver el video en http://www.youtube.com/watch?v=-8EgCBusce0

Palabras de Jesús a Sor Faustina

Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores.


Oh, si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas.


Por lo menos Tú ven a Mí lo más a menudo posible y toma estas gracias que ellas no quieren aceptar y con esto consolarás Mi Corazón.

Oh, que grande es la indiferencia de las almas por tanta bondad, por pruebas de amor. Mi Corazón esta recompensado solamente con ingratitud, con olvido por parte de las almas que viven en el mundo. Tienen tiempo para todo, solamente no tienen tiempo para venir a Mí a tomar las gracias.


Entonces, Me dirijo a ustedes, a ustedes, almas elegidas, ¿tampoco ustedes entienden el amor de Mi Corazón? Y aquí también se ha desilusionado Mi Corazón: no encuentro el abandono total en Mi amor. Tantas reservas, tanta desconfianza, tanta precaución. Para consolarte te diré que hay almas que viven en el mundo, que Me quieren sinceramente, en sus corazones permanezco con delicia, pero son pocas. También en los conventos hay almas que llenan de alegría Mi Corazón. En ellas están grabados Mis rasgos y por eso el Padre Celestial las mira con una complacencia especial. Ellas serán la maravilla de los ángeles y de los hombres. Su número es muy pequeño, ellas constituyen una defensa ante la Justicia del Padre Celestial e imploran la misericordia por el mundo. El amor y el sacrificio de estas almas sostienen la existencia del mundo. Lo que más dolorosamente hiere Mi Corazón es la infidelidad de alma elegida por Mi especialmente; esas infidelidades son como espadas que traspasan Mi Corazón.
Texto extraido del "Diario La Divina Misericordia en mi alma" de Santa María Faustina Kowalska

La Gran Noticia de todos los tiempos

Este maravilloso día, en que celebramos la Resurrección de nuestro Salvador Jesucristo, le pido a mi Dios la sed de amor y la fidelidad de María Magdalena.
Ella al amanecer fue la primera en llegar al sepulcro para purificar el cuerpo del Señor, para embeberlo de aceites esenciales, como se acostumbraba en la época.
Se encontró con el sepulcro abierto y vacío. Corrió con todas sus fuerzas a avisar a los discípulos.
Luego de que ellos vieran lo que ella vio, regresó al sepulcro por segunda vez, para orar y llorar a su Señor, cuando ya se habían marchado Pedro y Juan. Entonces se le aparecieron dos ángeles que intentaron consolarla, pero seguía llorando. Después tras ella se apareció el mismo Jesús resucitado. María le confundió con el jardinero y le dijo que si sabía dónde estaba el cuerpo de Jesús se lo dijese. Jesús le dijo: «¡María! Ella se vuelve y le dice en arameo Rabbuní, que quiere decir Maestro» (Jn. 20, 76) Después le dice Jesús: «Ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos, he visto al Señor, y las cosas que le dijo» (Jn. 20, 17-18).
Que nuestra fe y nuestro amor, estén siempre para El en nuestro corazón, a pesar de todas las circunstancias de nuestra vida.
Del sepulcro donde lo coloraron a su muerte, resucitó para habitar nuestros corazones todos los días de nuestras vidas.
Esta es la NUEVA NUEVA... la Gran Noticia de todos los tiempos.