Un sueño especial

Anoche tube un sueño muy especial.
Todo comenzaba cuando encontré en la calle a una mujer que estaba con dolores de parto. Le tomé el brazo y le pregunté como podía ayudarla.
Ella me dijo que su esposo estaba buscando el modo de llevarla a un hospital donde la pudieran atender, ya que por falta de camas en maternidad, no la recibieron en los hospitales públicos cercanos.
Como el se tardaba en volver, le dije que fuéramos a mi hogar, a unos pasos de allí, donde podría asistirla y resguardar su intimidad. Yo llamaría a un doctor.
Logramos ingresar a mi hogar y en el dintel de la puerta interior, comienza con el trabajo de parto, con tanta rapidez, que solo pude atinar a arrodillarme y recibir en mis brazos al bebé.
Mientras mi hija reiteraba sus llamados al doctor, éste tocó el timbre de la puerta.
Y como en los sueños todo es al instante, cambiamos el ambiente a un laboratorio donde el médico me mostraba una muestra de sangre del bebé y me explicaba que era un caso muy raro, porque el niño no había sido gestado normalmente, solo tenía el genoma de la madre.
No había en el genoma del niño, genoma paterno alguno.
Y me desperté sorprendida, feliz de haber recibido en brazos al Salvador.

Que sueño tan vívido, me regaló mi Señor.

Con el Tiempo de Adviento comienza el Año Litúrgico

Mañana celebramos el 1º Domingo de Adviento.
El comienzo del tiempo de preparación para festejar el nacimiento de nuestro Señor.
Celebrar su nacimiento en nuestros corazones, en nuestro hogar, en nuestra comunidad... en nuestra Patria.
En la la Humanidad toda, sedienta de amor y paz.
Con el Adviento comenzamos un nuevo Año Litúrgico.
A Nuestro Señor le pido nos ilumine y nos guarde a todos.
Nos de la gracia del amor y del perdón.
Nos inspire en la Verdad y nos mueva el alma a la Caridad.
Elevo junto a ustedes, todos mis amigos, el Himno de la Liturgia de las Horas:
Ven, Señor, no tardes,
ven, que te esperamos;
ven, Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.
El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres ni son hermanos
porque han matado al Amor.
Envuelto en noche sombría,
gime el mundo de pavor;
va en busca de una esperanza,
buscando tu fe, Señor.
Al mundo le falta vida
y le falta corazón;
le falta cielo en la tierra,
si no lo riega tu amor.
Rompa el cielo su silencio,
baje el rocío a la flor,
ven, Señor, no tardes tanto,
ven, Señor. Amén.

Vean el Video

Les pido que pasen un minuto por el Blog de CATOLICIDAD y vean el video.
Es maravilloso.
Nos eleva a una oración y a una comunión única con Jesús.
Espero les llene de gracia como a mí.

http://catolicidad-catolicidad.blogspot.com/2009/11/jesus-te-hablatrae-un-mensaje.html#comment-form

El aburrimiento

Cuando nuestros hijos nos dicen que están aburridos, les decimos que busquen algo para hacer.
Primero tratamos de darles alguna tarea que los tenga ocupados.
Cuando vemos que siguen desganados y de mal humor, tratamos de buscarles un entretenimiento.
Pero cuando es muy seguido ese estado de aburrimiento, debemos empezar a buscar las causas reales, y tratar de combatirlas antes de que se transforme en depresión.
Y que es el aburrimiento? En que consiste? Cuales son sus causas?
Pues lo describen como el cansancio o fastidio causados generalmente por disgustos o molestias, o por no tener nada que divierta y distraiga. Se le suele llamar también hastío o tedio.

Es lo contrario de la alegría, de la diversión o del entretenimiento.
Solemos pensar que la causa del aburrimiento, está en que los niños y los jóvenes tienen mucho tiempo libre. Pero a ellos, cuando están aburridos, el tiempo les pasa más lento. Llegan hasta sufrir ese tedio, por lo que pueden estar mostrando un síntoma de depresión clínica.

Cuando estamos frente a un estado de aburrimiento, la existencia se ve desprovista de sentido, pues ya no queda nada que perder, nada a que temer. En este estado, el que lo sufre puede mantenerse en una quietud exasperante o realizar acciones impulsivas o excesivas sin sentido, o incluso llegan a perjudicar los propios intereses. Algunos psicólogos coinciden en afirmar que una de las razones que mueven a los jóvenes a entrar en el mundo de la droga y el alcoholismo es precisamente el aburrimiento. Igualmente pasa con los niños: precisamente el aburrimiento es lo que los induce a cometer travesuras (lo que coloquialmente se llama "portarse mal").

La respuesta al aburrimiento es realizar tareas que no requieran apenas esfuerzo y que le mantengan concentrado y absorto (y por tanto evadir el aburrimiento).
La forma más común son los llamados pasatiempos. Estos los mantienen estables pero no arrancan de raíz el problema.
Debemos enseñarles a nuestros hijos a buscar sus propios objetivos o metas, darles las herramientas para que encuentren el verdadero sentido de sus vidas, estimularlos y acompañarlos en cada una de sus creaciones y objetivos.
No debemos subestimar este síntoma, debemos estar atentos y actuar a tiempo, porque el tedio o hastío de vida, genera los mas grandes males en la persona. Cuando ya nada tiene sentido, no tenemos manera de ayudarlos, por que dejan caer los brazos y se entregan al vacio y la desolación.

Cuando el Tiempo nos tortura

Hay épocas en el año donde el cansancio, la parva de trabajo y los requerimientos tornan mis días muy agitados.
Especialmente en noviembre y diciembre todo se vuelve hiperquinético.

Los trámites que estaban paralizados por falta de interés de mis mandantes, resultan ser de tramitación urgente e irremplazables. Todo el mundo está tan apurado por conseguir la solución a sus problemas en un mes, que me atormentan a llamadas, pretendiendo obtener en pocos días lo que debieron diligenciar en varios meses.

También están las últimas semanas de clases de mi niña, la determinación del presupuesto de los pagos a realizar a fin de año, los preparativos de las fiestas y las vacaciones.

Mi pobre sesera está pidiendo piedad y descanso extra.

Y el modo de entreterla es trayéndola a ratos a mi refugio, para visitar mis blogs amigos y para que se pueda distender manifestando sus cuitas.

Cuando ya no puedo seguir el ritmo afiebrado de la sociedad en la que vivo y trabajo, me impongo un día de paro general. Si no lo hago, el estrés se convierte en un espiral del que me cuesta salir.

Y estoy al límite de las fuerzas. Ya me esta pareciendo necesario declarar paro general, al menos por un día, para reordenar las cosas, serenarme, y comenzar otra vez a ritmo lento pero seguro en rendimiento y salud.

La Autoridad

Hoy leí en el diario local una nota que decía: "La comunidad autónoma de Madrid anunció recientemente un proyecto de "Ley de Autoridad del Profesor", por el cual se da al profesor el carácter de funcionario público y con ello toda conducta que lo afecte sería considerada "atentado contra la autoridad" y habilitaría las penas de prisión.
El proyecto está generando polémica entre los diferentes actores del sistema educativo y nació de la realidad cotidiana de los conflictos de convivencia en los centros educativos, situación que no difiere en lo sustancial de nuestro medio local."
Tomado de DIARIO DE CUYO, 16/11/2009.

Y luego de haber leído el artículo completo, no pude menos que ponerme a pensar sobre la esencia de la Autoridad.
Que es lo que nos da Autoridad sobre otras personas?
En que se sustenta la legítima Autoridad?

Y lo pensaba, respecto de nuestros roles de padres, maestros, profesionales, pastores, ect...
Trato de meditar sobre la autoridad de los particulares en el ambito social, y no la Autoridad del estado, simentada en el Derecho o la Fuerza Armada.

Pensando en la Autoridad de unos hermanos sobre otros, independientemente del Estado, creo que es importante comenzar por aclarar que:

En primer lugar, el concepto de Autoridad debe entenderse en oposición al de poder.
El poder es un hecho real, una voluntad que se impone a otra por el ejercicio de la fuerza.
En cambio, la autoridad está unida a la legitimidad, dignidad, calidad, excelencia de una institución o de una persona.

En segundo lugar, la autoridad la tiene alguien que, debido a su capacidad, por sus conocimientos o dignidad, puede ejercer sobre otros una influencia a la hora de que tomen ciertas decisiones.
A pesar de leer varios artículos y libros sobre el tema, nada me convencía, porque mi espíritu se resistía a las argumentaciones racionales tan conocidas, y que nada nuevo me brindaban.

Fue entonces cuando encontré una reflexión cristiana.
El sentido que Cristo le da a la autoridad, queda bien claro en los siguientes versículos del Evangelio:
"Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No será así entre vosotros, sino que el que quiera ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos"(Mt. 20, 25-27)

Cristo define su autoridad en términos de servicio y no de mando.

La Autoridad la ganamos por nuestra entrega amorosa y desinteresada a los demás.

Solo nuestra acción servicial y humilde, gana el corazón de los hermanos que dependen de nosotros, por diferentes circunstancias. Sean nuestros hijos, nuestros alumnos, nuestros empleados, nuestros pupilos o cuanquier tipo de hermanos subordinados a nuestras tareas.

La Autoridad no es una cualidad que nazca por sí en nosotros, nace en los hermanos a los que servimos, quienes nos la otorgan por el respeto con el que los tratamos y por la seguridad que les damos, al ocuparnos de ellos.

En fin, para tener autoridad frente a un hermano debemos ganarnos su corazón, con acciones nobles fundadas en la justicia y el bien de todos. Debemos tratar a los demás con respeto y demostrales que realmente nos importan.

Es nuestro deber brindarles (no imponerles) nuestros conocimientos y experiencias para que sigan su camino, un poco mas livianos de pesares y preocupaciones.


La Gratitud

Cuando recibimos una ayuda, un acto generoso, una bendición, ¡cuanto debemos agradecer!.

La Gratitud es el gesto de humildad por excelencia, y tiene la función de oxigenar el alma, liberarla de los hábitos nocivos que la contaminan, como el desprecio, la indiferencia, la vanagloria, la sobervia.

Quien agradece con sinceridad, llena de alegría a los demás, y crea “el círculo virtuoso” de la gratitud, en el que cada uno cumple su deber con mayor gusto y perfección.

Y si damos la gracias a los demas por pequeños favores y detalles, ¡cuánto más a Dios que es quien a través de canales tan variados nos hace llegar todo lo bueno que hay en nuestra vida!

¡Gracias! Es frecuente que nos olvidemos de dar gracias a Dios por los beneficios recibidos. Somos prontos para pedir y tardos para agradecer.

Darle gracias por las maravillas de la naturaleza: del aire que es gratis para todo el mundo. Del agua: ese tesoro de la naturaleza.

Dar gracias a Dios por las maravillas del cuerpo humano. De tener ojos: esas maravillosas máquinas fotográficas. De tener oídos: esa maravilla de la técnica. Supongamos que fuéramos ciegos o mudos.

Dar gracias Dios por la familia en la que hemos nacido. Quizás tengamos problemas, pero si miramos para atrás veremos tragedias espantosas.

Dar gracias Dios por nuestra Patria. Las hay mejores, pero también las hay mucho peores. Supongamos que hubiéramos nacido en Etiopía o en Somalia: donde tantos mueren de hambre.

Pero sobre todo darle gracias por la fe. Es el mayor tesoro que podemos tener en la Tierra. Y la principal petición es en ella morir. Tener la suerte inmensa de una santa muerte.

Agradecer implica valorar la entrega amorosa del otro. Si es tan importante en nuestra relación con los hermanos, ¿ cuanto más importante es con nuestro Creador, nuestro Salvador y nuestro Espiritu Defensor?

La ingratitud aleja a los demás, ya se sienten maltratados por nuestra desvalorización. Nuestra indiferencia hiere al que nos asiste, porque manifiesta nuestro desamor.

Frente a nuestro desamor por tantas ingratitudes... ¿que le cabe a Nuestro Dios?

La gran Fiesta con Todos los Santos

Hoy celebramos una gran fiesta espiritual.

Pues, ponemos nuestro corazón y nuestra conciencia en la comunión que vivimos los hermanos que ya partieron a la Patria Celestial, y estan en presencia de nuestro Dios.

A pesar del gran velo que nos separa con el Mundo Celestial, nuestra comunión con Dios y nuestros santos hermanos es real, atemporal y eterna.

Nuestros queridos Santos participan activamente en nuestra vida comunitaria, por el testimonio que dieron de Jesús en sus vidas, por la transmisión de sus escritos inspirados en el Espíritu Santo y por su oración permanente por nosotros.

Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidarnos, de ayudarnos de infinitas de maneras.

Al estar íntimamente unidos con Cristo, interceden todo el tiempo por nosotros ante el Padre. Es bueno pedirles que intercedan por nosotros y nos acerquen las gracias del Espíritu Santo.

Esto ayuda mucho a nuestra debilidad humana. Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios. Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero.

La Iglesia ha querido que un día del año lo dediquemos especialmente a rezar a los santos para pedir su intercesión. También como "Mater et Magistra" (Madre y Maestra), nos recuerda que

Dios nos lama a todos a la santidad.

Ser Santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios.

Dios no nos pide lo imposible, y aunque nos parezca inalcanzable, El nos da los medios para alcanzar la santidad, todos los días.

No es otra cosa que vivir el Amor en las Obras, respetando la Creación y a todos los hermanos, cumpliendo nuestros deberes de Estado con alegria.

Sobrellevando con la oración las cargas y los obstáculos diarios, recordando que lo que pidamos al Señor con fe, El nos da.

Si estamos cansados, pedirle fortaleza para continuar...

Si estamos tristes pedirle el consuelo para reanimarnos...

Si estamos agobiados por los pesares, solo basta pedirle la liberación y luz, para sentir la llama interior del amor que todo lo sana y lo ilumina.

No seamos flojos, animémonos a ser felices de verdad, capaces de entregarnos al Amor, haciéndonos servidores de los hermanos en nombre de nuestro Dios.

No es dificil, solo basta tomar la desición, el resto lo hace Dios, donándonos gracias todos los días.

Dios nos bendiga con las gracias que estamos necesitando para ansiar la santidad, y poder gozar eternamente la felicidad a su lado.