Un sueño especial

Anoche tube un sueño muy especial.
Todo comenzaba cuando encontré en la calle a una mujer que estaba con dolores de parto. Le tomé el brazo y le pregunté como podía ayudarla.
Ella me dijo que su esposo estaba buscando el modo de llevarla a un hospital donde la pudieran atender, ya que por falta de camas en maternidad, no la recibieron en los hospitales públicos cercanos.
Como el se tardaba en volver, le dije que fuéramos a mi hogar, a unos pasos de allí, donde podría asistirla y resguardar su intimidad. Yo llamaría a un doctor.
Logramos ingresar a mi hogar y en el dintel de la puerta interior, comienza con el trabajo de parto, con tanta rapidez, que solo pude atinar a arrodillarme y recibir en mis brazos al bebé.
Mientras mi hija reiteraba sus llamados al doctor, éste tocó el timbre de la puerta.
Y como en los sueños todo es al instante, cambiamos el ambiente a un laboratorio donde el médico me mostraba una muestra de sangre del bebé y me explicaba que era un caso muy raro, porque el niño no había sido gestado normalmente, solo tenía el genoma de la madre.
No había en el genoma del niño, genoma paterno alguno.
Y me desperté sorprendida, feliz de haber recibido en brazos al Salvador.

Que sueño tan vívido, me regaló mi Señor.

2 comentarios:

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Bueno, vuelvo escribir mi comentario...se ha esfumado??.Gacias por compartir su mágico sueño.La mágia es el arte propio del que se sabe amado,y en consecuencia todos los acontecimientos de la vida, sabe darles sabor a miel.
El subconciente ha sabido prolongar durante el reposo del cuerpo, la oración que durante el día se ha mantenido con Dios. Si vivimos unidas a él, en la belleza reposará nuestro sueño y nuestra vida.
Gracias por compatir un sueño tan bello¡Asistir al parto de la Virgen María y gozar del nacimiento del Salvador, es un gran reglo.
También vd, es «Un regalo en mi vida» El mejor de los premios.
Gracias

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Me alegra que se haya formado en una colegio religioso y más siendo dominicano. Cada vez que en la calle me para una señora y me dice:«Hermana,yo estudié en "Las Anuniatas, en la Presentación...»Y te cuentan sus vivencias con las monjas, tan agradecidas de lo que les enseñaron, que francamente me hace muy feliz.
Sí, me siento muy feliz y agradecida a Dios a mis hermanas formadoras, que consagraron sus vidas a Dios en la enseñanza de nuestros hijos.
Que nuestro Dios la bendiga y espero que su trabajo judicial haya sido éxitoso.
«ESTOY A TU LADO»