La Gratitud es el gesto de humildad por excelencia, y tiene la función de oxigenar el alma, liberarla de los hábitos nocivos que la contaminan, como el desprecio, la indiferencia, la vanagloria, la sobervia.
Quien agradece con sinceridad, llena de alegría a los demás, y crea “el círculo virtuoso” de la gratitud, en el que cada uno cumple su deber con mayor gusto y perfección.
Y si damos la gracias a los demas por pequeños favores y detalles, ¡cuánto más a Dios que es quien a través de canales tan variados nos hace llegar todo lo bueno que hay en nuestra vida!
¡Gracias! Es frecuente que nos olvidemos de dar gracias a Dios por los beneficios recibidos. Somos prontos para pedir y tardos para agradecer.
Darle gracias por las maravillas de la naturaleza: del aire que es gratis para todo el mundo. Del agua: ese tesoro de la naturaleza.
Dar gracias a Dios por las maravillas del cuerpo humano. De tener ojos: esas maravillosas máquinas fotográficas. De tener oídos: esa maravilla de la técnica. Supongamos que fuéramos ciegos o mudos.
Dar gracias Dios por la familia en la que hemos nacido. Quizás tengamos problemas, pero si miramos para atrás veremos tragedias espantosas.
Dar gracias Dios por nuestra Patria. Las hay mejores, pero también las hay mucho peores. Supongamos que hubiéramos nacido en Etiopía o en Somalia: donde tantos mueren de hambre.
Pero sobre todo darle gracias por la fe. Es el mayor tesoro que podemos tener en la Tierra. Y la principal petición es en ella morir. Tener la suerte inmensa de una santa muerte.
Agradecer implica valorar la entrega amorosa del otro. Si es tan importante en nuestra relación con los hermanos, ¿ cuanto más importante es con nuestro Creador, nuestro Salvador y nuestro Espiritu Defensor?
La ingratitud aleja a los demás, ya se sienten maltratados por nuestra desvalorización. Nuestra indiferencia hiere al que nos asiste, porque manifiesta nuestro desamor.
Frente a nuestro desamor por tantas ingratitudes... ¿que le cabe a Nuestro Dios?
1 comentario:
Dicen que de todos los sentimientos humanos la gratitud es el más efímero de todos. Y no deja de haber algo de cierto en ello. El saber agradecer es un valor en el que pocas veces pensamos. Cierto es aquel dicho: “De gente bien nacida es ser agradecida”. Gracias por recordar cuan importante es ser agradecidos...Saludos!
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