Meditar acompañados


Me ha pasado muchas veces a la hora de la oración.
Llamados de teléfono o mensajes de texto. Los requerimientos de mi hija. Los gritos de algún vecino trabajador. Un vendedor ambulante. Algún pensamiento rebelde que quiere trabajar en el tema laboral que me preocupa.
Todo lucha para que no deje el exterior, para que no entre a mi hogar interior, a mi Templo.
Aprender a manejar estas moscas es todo un arte, como este video que les comparto.
Espero les guste amigos.


Mi silencio del mes de julio se debió al trabajo y luego a unas vacaciones de invierno que me fueron un verdadero regalo del cielo.Ya de regreso, les visitaré más seguido y les compartiré mis descubrimientos.