Saber "Escuchar"

Siguiendo con las enseñanzas del Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, les comparto un párrafo para reflexionar.


"Escuchar es atender, querer entender, valorar, respetar, salvar la proposición ajena...


Hay que poner los medios para escuchar bien, para que todos puedan hablar, para que se tenga en cuenta lo que cada uno quiere decir.


Hay -en el escuchar- algo de martirial, algo de morir a uno mismo que recrea el gesto sagrado del Éxodo. Quítate las sandalias, anda con cuidado, no atropelles. Calla, es tierra sagrada, ¡hay alguien que tiene algo para decir!


¡Saber escuchar es una gracia muy grande! Es un don que hay pedir y ejercitarse en él."


La pregunta de hoy es: ¿Se escuchar al que me habla?. ¿Respeto su necesidad de comunicarse conmigo? ¿Reconozco el interior del otro como tierra santa en la que debo andar con cuidado y amor? ¿Soy capaz de dejar mis necesidades para darle tiempo y corazón al que me esta hablando? ¿Escucho a mi familia? ¿ Escucho a mis compañeros de trabajo? ¿Escucho a los descocidos que se acercan a mí?
Escuchar al otro es un deber humano y cristiano. No dejemos solos a nuestros hermanos, que no tenga que hablar solos sabiendo que nadie los quiere escuchar.

4 comentarios:

Angelo dijo...

Hoy más que nunca hay sed de ser escuchado y es tanta que a menudo se nos olvida escuchar a los demás. Vivimo en un stress continuo. Escuchar necesita calma y tiempo y pocos están dispuestos a ofrecerlo. Hay que escuchar porque queremos que nos escuchen.
Un saludo

Unknown dijo...

Escuchar es la penitencia para los que solo sabemos oir
¡Bendita penitencia cuando a través de tu voz escucho Su Voz!

¡qué suerte la mía pasarme la vida dándote gracias por tus entradas, por la reflexión que arrancan!

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

estoy muy de acuerdo con Ángelo, personalmente yo que vivo en comunidad con 38 monjas, veo como en las recreaciones todas desean hablar y entre el griterio de la alegría de estar juntas, no vemos cuantas hermanas están calladas, no digo días, ni semanas, digo meses sin poder ser escuchadas, porque ellas hacen el sacrificio de callar para que las otras hablen. Y son esas almas ya a la postre de la vida que entendieron muchas cosas tan sólo escuchando a UNO SOLO.
Gracias por darnos esta entrada.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

Roberto Lone dijo...

Sobre todo, saber escuchar la voz interior que viene de nuestro creador. Si le escuchamos podremos escuchar a los demás.

Me ha inspirado a escribir algo sobre ello.

Bendiciones Liliana!