Hacía tiempo que quería comprar unas plantas bonitas para el jardín.
Por una cosa u otra cosa, no se daba la ocasión.
Una mañana mientras caminaba por el centro con mi hija, haciendo compras y hablando sobre la película que queríamos ver, vi una hermosa violeta de los alpes en el cajón de manzanas que tenía un vendedor ambulante.
No pude contener mis ansias por ella. Sentí la necesidad de traerla a casa. La compré muy feliz y con Carito, charlamos de plantas todo el camino a casa.
Para una libriana a la que le cuesta mucho decidirse por algo, es realmente toda una hazaña lo que les estoy contando.
Cuando entro al vivero, me paso largo rato viendo, porque no se con cual de todas las hermosas variedades de plantas quedarme.
Por eso, el arrebato de amor por mi Violeta de los Alpes, ha sido amor a primera vista.
Está cada día mas hermosa. Me alegra el alma verla florecer.
Quien puede negarme que la jardinería es buena terapia?
Quien sería capaz de no aceptar un perfumado ramo de flores?
Ellas son uno de los tantos tesoros que Dios nos dejó en la Tierra, para que sepamos alegrarnos y disfrutar de las pequeñas cosas, de los instantes breves...
3 comentarios:
Está linda, pero me parece que sólo duran una estación, al menos a mi me ha pasado....¿será?
Tenes razón amiga. Florecen hasta entrada la primavera. Cuando dejan de hacerlo hay ir disminuyendo el riego, hasta que en el primer mes del verano, debemos extraer los bulbos y guardarlos en lugar fresco y seco. Para volver a plantarlos los primeros días de marzo...
Son tan lindas que valen los cuidados y el esfuerzo.
¿A los ciclámenes se les llama también violetas de los Alpes?, pues me gusta más eso de violetas ... yo tengo dos de hace mucho y florecen cada año por invierno. Da gusto verlos en el balcón resistiendo los embates del frío y alegran los días grises.
Un abrazo
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