VOLVER A SER


 Aquietar nuestra mente. 
Silenciar los sonidos que nos embarullan.
Alejar las imágenes que taladran nuestras retinas.
Anular los videos que nos bombardean y confunden, con infinidad de sentires contrarios.

Serenar nuestra fábrica de emociones.
Comenzar a vivir concientemente cada una de ellas.
Buscar la raíz de cada sentir, meditar sobre ese sentimiento que nos embarga.
Vivir profundamente las emociones reales, las que nos golpean la puerta diariamente, en relación con nuestros semejantes.
Evitar por un tiempo, tanta emoción ficticia, creada por la literatura visual a la que tenemos acceso ilimitado.
Vivamos la realidad, en primer lugar.
Seamos valientes, enfrentemos nuestra vida, sus problemas y sus vacíos, sus silencios, su fecundidad como su tiempo de aridez.
Dejemos la ficción para disfrutar cada tanto de una buena obra, de la que podamos aprender algo nuevo. Que la ficción no nos sumerja en la irrealidad.

Despertar y estimular nuestra fuerza de voluntad. 
Comencemos  a hacer aquello que hace tiempo, debimos haber hecho.
Demos el primer paso. Movamos nuestra humanidad hacia la realidad que debemos vivir.
No dejemos para un futuro incierto, lo que sabemos debemos emprender hoy.

Nuestra mente y corazón pueden decirnos éstas palabras infinidad de veces,
solo lograremos movilizar nuestra esencia para reencontrarnos,
cuando miremos al cielo y con el alma conmovida Oremos:

Dios mío, 
Aquieta mi mente y mi corazón.
Serena mis emociones, 
Despierta y fortalece mi Voluntad. 
Sin tí, seguiré perdida en medio 
de tanta pura vanidad.





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