Cuando el peligro nos asecha



















En la vida hay momentos donde el peligro nos asecha viéndonos la espalda, esperando el instante preciso para dar su zarpazo.

Estamos tranquilos observando lo que nos entretiene, lo que nos sorprende, lo que nos ocupa.

No vemos ni sentimos el león que tenemos a unos pasos, estudiando el modo más certero de darnos el golpe.

Solo Dios puede librarnos de semejante ataque.
Solo El puede atenuar las heridas cuando pasa.
Solo El es capaz de consolarnos cuando no supimos escuchar.

Un amigo me recordó la historia del profeta Daniel atrapado en una cueva de ladrones hambrientos, preguntándome por que no tener hoy esa fe?

Es una gran verdad. En la fe y en la Esperanza en Dios tenemos nuestro mayor protección y refugio.

3 comentarios:

Luján Fraix dijo...

Hay que creer mucho en Dios para aferrarse a él, los peligros están en todos lados, tenemos que ser fuertes porque el miedo paraliza.

Te dejo un beso
Precioso blog.
Me quedo por acá.

lujanfraix.blogspot.com
Escribo esta dirección porque tengo otros sitios pero en éste escribo todos los días y comparto con mis amigos siempre.

Te espero

Claudia Chirino dijo...

si, el león está agazapado y espera su momento.
A mi me alcanzó varias veces, a traición, ahora solo espero la mano de Dios.

Claudia Chirino dijo...

si, el león está agazapado y espera su momento.
A mi me alcanzó varias veces, a traición, ahora solo espero la mano de Dios.