Este
tiempo de otoño, nos regala una nueva oportunidad de renovar el alma.
La naturaleza se va
desprendiendo de lo externo, de lo accesorio, para adentrarse al invierno. Va
guardando su savia en las raíces.
Las hormigas, las
abejas y las ardillas están terminando de acumular sus reservas para sobrevivir
la estación del frío.
Hemos aprendido a
desprendernos de lo que no necesitamos para pasar el invierno del Alma?
Hemos sabido
guardar la chispa divina de la fe, que es la savia que nos alimenta, en las
noches oscuras del ser?
Hemos sido capaces
de ir acumulando vivencias gratas, que nos sepan cobijar, en los tiempos de
soledad y frío?
Estamos a tiempo de
aprender lo que aún no logramos.
Que este tiempo de
otoño tengamos la alegría de sabernos preparados para reencontrarnos en
soledad.
Que nuestro
ensimismamiento sea fecundo al tiempo de la primavera.
3 comentarios:
Edit: ¡qué bonito! y qué bien dicho, mi amiga querida. Da para hacer mucho rato de oración y examen.
Besos
Edit que belleza en esta entrada una reflexión muy sierra saludos desde…
Abstracción textos y Reflexión.
siempre tanta calidez y suavidad amiga...
que el otoño traiga suave olor a hojas secas y brisas de chimeneas humeantes de calor.
gracias
clau
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