Hoy, en el natalicio de mi abuela paterna, a la que llamaron Felicia Perpetua, quiero recordarla honrando sus dos santas protectoras.
Fueron dos jóvenes santas mártires.
Bajo el poder del emperador Septimio Severo fueron detenidas en Cartago junto con otros adolescentes catecúmenos. Perpetua era madre de un niño de pecho y Felicidad su sierva, estaba entonces embarazada. Al llegar el momento, en medio de los dolores del parto se alegraba de ser expuesta a las fieras, y de la cárcel. Las dos confirmaron su fe, caminando al anfiteatro con rostro alegre, pues iban camino al cielo (203).
Perpetua, escribió en prisión el diario de su arresto, de las visitas que recibía, de las visiones y de los sueños, y siguió escribiendo hasta la víspera del suplicio. Los escritos de Perpetua formaron un libro que se llama Pasión de Perpetua y Felicidad, que después completó otra mano, tal vez la de Tertuliano, que narró cómo las dos mujeres fueron echadas a una vaca brava que las corneó bárbaramente antes de ser decapitadas.
Este testimonio de Fe y entrega por amor a Cristo siempre marcó la vida espiritual de mi abuela, quien se ocupó especialmente de adentrarnos a todos sus nietos en el camino de la Fe.
Fue quien nos enseñó a orar desde muy pequeños y nos llevaba a misa todos los domingos.
Como cada nieto pasaba una noche con ella, juntos leíamos la historia de algun santo.
Nos cantaba historias que ocurrían en la Biblia.
Y por último nos iba recitando las oraciones hasta que las aprendíamos oralmente, pues todavía no íbamos al colegio.
Gracias por darnos el tesoro mas grande Nonita!!!
Te amamos y te llevamos en el alma, como todos los días.
2 comentarios:
Con nombre propio de dos grandes santas tu abuela marcó su propio camino de ejemplaridad. Me has hecho recordar a la mía...saludos!
¡Muy bueno y feliz día!
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