![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia116CVxOWRem7fneyFWINz94R_w47Vpc8hPbnxoAVEKU8iO-8lUsVnBSeghvKmLjV9fdOab0MRZ5rk2QlWEzcUxIj4BjJm4mMC2nfTQyoRYIDlgNmgn6R6OcSFOlQVaT35iG5L-CL57cg/s320/confio+en+ti.jpg)
Anoche tuve un sueño profundamente conmovedor.
Las impresiones que vivió mi alma fueron tan estremecedoras que al despertar me puse a meditar en ellas.
Sentí que Jesús me estaba hablando al alma a través de los sentimientos, para darme un mensaje nuevo, algo que yo debía analizar.
Y comencé a escribir en un borrador:
- Somos espíritus encarnados, más allá de la muerte nuestra conciencia perdura E T E R N A M E N T E.
- Nuestra conciencia actual está limitada por la corporeidad, por el cansancio, por enfermedades, por nuestra memoria. Podemos callarla, dormirla, hasta engañarla con razonamientos falaces, para descansar tranquilos. Pero eso durará solo un breve tiempo, ya que al morir, el espíritu no tendrá que lidiar con los embates de la carne y libre de toda necesidad, pondrá ante nuestra conciencia todos los recuerdos, todas las acciones, todos los pensamientos y los sentimientos. En ese tiempo atemporal, tendremos que analizar una y otra vez cada uno de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos y acciones.
- Tendremos la eternidad para recriminarnos, para reclamarnos, para sentir pesar o para sentirnos en paz... para dar gracias a Dios por el amor que hemos sido capaces de sentir, por la necesidad que tuvimos de ayudar, por el impulso de obrar con caridad, por haber actuado conforme debíamos en cada momento.
- El juicio por cada acto, por cada omisión, por cada pensamiento bueno o malo, por cada sentimiento de bondad o malicia, va a ser largo, para ello tendremos toda la eternidad.
- Y mientras vivamos concientes éste juicio personal, que cada uno hará de si mismo, más allá del que haga el Señor, seguiremos existiendo, actuando, pensando y sintiendo; sumando nuevos hechos a nuestra mochila. En fin, el pesar o la felicidad anidará nuestra conciencia eterna, por los que hicimos en la vida, y por lo que seguiremos haciendo, sintiendo y pensando.
- Volveremos a encontrarnos con los amores, los amigos y los antepasados que no conocimos. Deberemos responder sus reclamos o recibir sus bendiciones.
Y más aún, pensé:
- ¿Estoy conciente de que viviré E T E R N A M E N T E? ¿Y que ese vivir eternamente implica ser responsable "siempre" de todo lo que pienso, hago, siento y omito?
- Siempre seré conciente.
- Siempre seré responsable frente a Dios y a todos los demás.
- Eternamente conciente y responsable.
Ahora me pregunto:
- ¿Estoy dispuesta a pasar la eternidad penando por sentimientos mezquinos?
- ¿Dispongo mi espíritu al esfuerzo y la disciplina para vivir eternamente en paz, gozando la felicidad de amar y ser amada por Dios y todos los demás?
"Señor, que solo el amor reine cada uno de mis días, que cada pensamiento esté iluminado por el bien para que me inspire obras buenas, que mi espíritu vibre con los más finos sentimientos y rechace todo impulso maligno.
Señor, haz que mi conciencia me aflija, cada vez que omita actos necesarios para el bienestar de los demás. Haz que yo sienta ansias de estar y ayudar al hermano que tengo al lado".