Si alguna vez alcanzaron la zanahoria, saben como se siente estar en la meta y sentir el vacío de no tener algo por que correr...
Hasta que algo nuevamente nos atrae, y comenzamos a correr en procura de alcanzarlo.
Que sea el Señor, nuestra verdadera Meta. De ese modo, ya nada nos distraerá y estaremos ocupados toda la vida en seguirlo...
1 comentario:
Y menos, morder la mano que te da de comer.
Gracias, hermanita (a las monjas más queridas -a todas - las llamo así, ¿te importa que lo haga contigo?), gracias por ser la primera.
Por tus ánimos, por tu ilusión.
Porque realmente la comunión (común -unión)no es mi fe, es mi realidad en vosotros, mis amigos, mis hermanos... y mis hermanitas.
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