Las intrigas

No hay cosa mas destructiva que las intrigas.

Minan el alma del que las hace y del que las recibe.

Y la pobre víctima, que nada sabe de semejante engaño e injurias, sufre las consecuencias sin saber que está pasando.

Esta semilla de la traición es tan artera que comienza a sembrarse en la temprana edad, como entre juegos, y si no sabemos llamar la atención en tiempo, se hace un mal hábito muy difícil de erradicar.

Para ser justos y tener buenos resultados, a la hora de llamar la atención hay que tener autoridad, debemos dar el ejemplo de lo contrario.

Si los niños nos ven tejiendo intrigas, mal podemos pretender que sean angelitos del Señor, que nada harán en contra de otros o de nosotros.

De frente y con la verdad, siempre.
Con valentía tratar los temas con aquel con quien nos sentimos agraviados o amenazados.
Respetemos a los demás. Prejuzgar y criticar elecciones de vida ajenas, es inmoral.
Si Dios nos ha hecho libres, y respeta nuestra libertad, no somos nadie para hurgar y criticar vidas ajenas. No tenemos derecho alguno para hablar de la vida privada de los demás.

A ello debemos sumar, que usar la intriga para perjudicar a la víctima es de traidores, de perversos, de abominables. Atacar desde la sombra, minando los caminos del pobre indefenso, para destruir su honra y su dignidad, es de cobardes y rastreros.

Cuando sientas desde el interior de tu alma la advertencia de que estás en medio de una intriga, corre, aléjate lo mas posible de esa mancha venenosa, que hiere de muerte la pureza y destruye vidas sin piedad.


6 comentarios:

José Ramón dijo...

Como sus anteriores entradas esta también es muy interesante.

Gracias por su visita

Un cordial saludo desde…
Abstracción textos y Reflexión.

Anónimo dijo...

Las intrigas pueden llegar a causar grandes daños a los demás, casi siempre se basan en la exageración y en la mentira.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias que Dios te bendiga siempre muy unidas en oración un abrazo

Anónimo dijo...

Mil gracias a ti amiga por tus detalles siempre unidas en oración y un abrazo fuerte

Anónimo dijo...

Intrigar es malo y mal pensar y desconfiar también. A veces hacemos un castillo de un grano de arena y en el fondo todo ha sido una tergiversación de la realidad.
Saludos Edit

AleMamá dijo...

La intriga y la traición son de las cosas más tristes que se pueden sufrir. Tienes razón en educar para evitarlo como hábito.
Besos