Las impresiones que vivió mi alma fueron tan estremecedoras que al despertar me puse a meditar en ellas.
Sentí que Jesús me estaba hablando al alma a través de los sentimientos, para darme un mensaje nuevo, algo que yo debía analizar.
Y comencé a escribir en un borrador:
- Somos espíritus encarnados, más allá de la muerte nuestra conciencia perdura E T E R N A M E N T E.
- Nuestra conciencia actual está limitada por la corporeidad, por el cansancio, por enfermedades, por nuestra memoria. Podemos callarla, dormirla, hasta engañarla con razonamientos falaces, para descansar tranquilos. Pero eso durará solo un breve tiempo, ya que al morir, el espíritu no tendrá que lidiar con los embates de la carne y libre de toda necesidad, pondrá ante nuestra conciencia todos los recuerdos, todas las acciones, todos los pensamientos y los sentimientos. En ese tiempo atemporal, tendremos que analizar una y otra vez cada uno de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos y acciones.
- Tendremos la eternidad para recriminarnos, para reclamarnos, para sentir pesar o para sentirnos en paz... para dar gracias a Dios por el amor que hemos sido capaces de sentir, por la necesidad que tuvimos de ayudar, por el impulso de obrar con caridad, por haber actuado conforme debíamos en cada momento.
- El juicio por cada acto, por cada omisión, por cada pensamiento bueno o malo, por cada sentimiento de bondad o malicia, va a ser largo, para ello tendremos toda la eternidad.
- Y mientras vivamos concientes éste juicio personal, que cada uno hará de si mismo, más allá del que haga el Señor, seguiremos existiendo, actuando, pensando y sintiendo; sumando nuevos hechos a nuestra mochila. En fin, el pesar o la felicidad anidará nuestra conciencia eterna, por los que hicimos en la vida, y por lo que seguiremos haciendo, sintiendo y pensando.
- Volveremos a encontrarnos con los amores, los amigos y los antepasados que no conocimos. Deberemos responder sus reclamos o recibir sus bendiciones.
Y más aún, pensé:
- ¿Estoy conciente de que viviré E T E R N A M E N T E? ¿Y que ese vivir eternamente implica ser responsable "siempre" de todo lo que pienso, hago, siento y omito?
- Siempre seré conciente.
- Siempre seré responsable frente a Dios y a todos los demás.
- Eternamente conciente y responsable.
Ahora me pregunto:
- ¿Estoy dispuesta a pasar la eternidad penando por sentimientos mezquinos?
- ¿Dispongo mi espíritu al esfuerzo y la disciplina para vivir eternamente en paz, gozando la felicidad de amar y ser amada por Dios y todos los demás?
"Señor, que solo el amor reine cada uno de mis días, que cada pensamiento esté iluminado por el bien para que me inspire obras buenas, que mi espíritu vibre con los más finos sentimientos y rechace todo impulso maligno.
Señor, haz que mi conciencia me aflija, cada vez que omita actos necesarios para el bienestar de los demás. Haz que yo sienta ansias de estar y ayudar al hermano que tengo al lado".
5 comentarios:
Todas estas excelentes reflexiones me han dejado pensando...
Saludos desde Lima.
Querida Edit:
he visto a la Felicidad y me ha dicho que iba a tu casa. Le pedí que llevase a la Salud y al Amor. Tratalos bien,...van de mi parte!!! Feliz Navidad y Feliz 2010!!
Debajo de mis etiquetas en mi blog, te preparé un regalito, si te gusta es para que te lo lleves y lo pongas en los premios y mimos! Un abrazo enorme y lo mejor para vos y los tuyos
HOLA! GRACIAS POR PASAR A VISITARME Y TUS BELLAS PALABRAS ERES UNA PERSONA MUY ESPIRITUAL COSA QUE ME ALEGRA.TE MANDO UN GRAN ABRAZO DESDE MONTEVIDEO.
Muy estimada Edit, en la vida de cada persona ha habido un momento en que se ha tenido cierta intuición de eternidad... Hay que estar atentos a esto; sería una enorme ganancia, no sólo para la Iglesia, sino también para la sociedad, redescubrir el sentido de eternidad. Ayudaría a reencontrar el equilibrio, a relativizar las cosas, a no caer en la desesperación ante las injusticias y el dolor que hay en el mundo, aún luchando contra ellas. A vivir menos frenéticamente. Saludos!
En ocasiones los sueños nos ayudan a darnos cuenta del estado de nuestra vida, de nuestros anhelos,esperanzas, fracasos. Por ellos pasan todas las circunstancias buenas y menos buenas de nuestra vida.
La eternidad no es otra cosa que conocer al Padre, y al Hijo que nos ha envíado junto con su Espíritu Santo.En la eternidad ya no habrá ocasión de pensar lo que hicimos en la vida terrena, si nuestras obras fueron de amor, gozaremos de Dios, si nuestras obras no fueron de amor nos habrán servido para la condenación. No obstante , de toda su reflexión posterior, podemos sacar un jugoso aprendizaje«Vivamos en el amor en la tierra, exáminemos al final de la jornada ante Dios cómo fueron nuestras obras, pidamos su misericordia para no caer mañana en la misma tentación,pidamos perdón a Dios y nuestros semejantes por las ofensas y las omisiones que hemos cometido y pidamos que el Señor nos conceda una noche tranquila y si se presenta , una muerte santa»
Los sueños, sueños son...pero nos pueden ayudar a bucar la gloria de Dios, que le aseguro que esto consiste en que seamos felices Aquí y ahora, en la felicidad verdadera, no cabe el pecado y Dios será feliz de ver a sus hijos felices. Esa es la gloria de Dios .Soñemos en esa gloria!
Que Dios bendiga su vida y sus sueños.
Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
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